sábado, 28 de mayo de 2016

El cuidado de la voz

En la actualidad los niños hablan “casi gritando” para sobreponerse al ruido ambiental, para hacerse oír, para ser escuchados. En las casas es habitual que el televisor o el equipo de sonido estén permanentemente encendidos, igualmente a volúmenes exagerados. 

 Si los ambientes de la escuela son reverberantes (sonido que rebota en superficies no absorbentes como suelos de mosaico, paredes sin revestimiento, techos muy altos), las señales sonoras se hacen borrosas, no se entienden pierden nitidez. Y como no se comprende lo que se dice, se tiende a subir el volumen de la voz. Esto les afecta tanto para hablar como para cantar. 

 De allí la necesidad de concentrar al grupo cuando se realiza alguna actividad vocal: escucharse bien hará innecesario elevar el volumen y redundará en un canto, un recitado o un juego expresivo con la voz, sin desgaste ni irritación de las voces del educador y de los niños 

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