A pesar de que en muchas ocasiones tendemos a pensar y tratar de adaptar nuestro modo
de hablar a la hora de comunicarnos con un niño, lo cierto es que las pautas a seguir para
una correcta comunicación con los más pequeños y, asimismo, para su desarrollo, son
bastante simples:
→ Hablar tan a menudo como sea posible (aunque parezca que no nos entienden). Esto hace
que el niño nos escuche y vaya reconociendo los diferentes sonidos y articulaciones, como por
ejemplo su nombre,, a pesar de que cuando son pequeños no son capaces de reproducirlos.
→Ser modelos de lenguaje: Hablar claro, con tranquilidad y con un vocabulario rico. Evitar
el uso de diminutivos “casita”, “manita”, “perrito”, “galletita”, “agüita”. Y el uso de lenguaje
infantil: “ñam” por comer, “mimir” por dormir, “guau guau” por perro, “brum” por coche…
-Niño: Mira un guau guau-Adulto: Sí, es un perro y hace guau guau.
→Usar la sobrecorrección cuando el niño diga algo mal, en lugar de hacerles repetir. De
esta forma, le aportamos la manera correcta de decir la palabra, en vez de decirle
directamente lo mal que lo ha hecho.
-Niño: Se ha rompido.-Adulto: ¿Se ha roto? No pasa nada, ahora lo arreglamos.
→ Hablarles con naturalidad.
→Hablar de las actividades que estáis realizando y recordar hechos divertidos del pasado.
→Evitar dar órdenes, en su lugar hacer sugerencias “Que te parece sí…”, “Yo creo…”
→ Hacer preguntas abiertas ¿Qué quieres merendar?, ¿Prefieres plátano o manzana? En vez
de ¿Quieres manzana? Donde la posibilidad de respuesta solo es sí o no.
→Dar tiempo a las respuestas de los niños, ser pacientes. No adelantarnos a lo que quieren
decir, no contestar por ellos. Esperar a que nos contesten para mantener el intercambio
comunicativo.
→ No interrumpir al niño cuando nos está narrando algo. Respetar su forma de expresarse.
→Realizar expansiones y extensiones sobre lo que dice el niño, para incrementar la longitud
de los enunciados:
-Niño: Agua.-Adulto: ¿Quieres agua? Toma, está muy fresca.
→Hacer actividades conjuntas y aprovechar esos momentos para enseñarles nuevo
vocabulario (al ordenar un cajón, al poner la mesa…).
→Favorecer la masticación. Comer alimentos sólidos fortalece la musculatura de los órganos
implicados en el habla.
→Evitar el uso prolongado del chupete porque puede ocasionar: reducción del balbuceo y
experimentación con los sonidos, mordida abierta o cruzada, deglución atípica, respiración
bucal, aumento de infecciones en el oído medio, dislalias…
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