martes, 24 de mayo de 2016

Una orquesta sinfónica

La orquesta sinfónica es una agrupación masiva de numerosas familias musicales sobre un escenario interpretando una misma obra, que llega a sumar en ocasiones hasta 80 personas en escena.
Se considera su que su nacimiento y desarrollo nacieron con la figura de Haydn y Mozart, que fijaron la distribución estándar de disposición de las diferentes familias instrumentales, aunque otros grandes compositores como Beethoven o Wagner llegaron a alterarla para conseguir un impacto determinado en sus obras.
Así, el compositor en un inicio cumplía con la figura del director de la orquesta, y no sería hasta principios del s.XIX cuando se estandarizaría, siendo quien adapta las obras para mantener su idea inicial mas dando cupo a la subjetividad del propio director para poder realzar aquellos atributos de la misma que considere oportunos, llegando a haber arreglos de dirección muy diferenciados para la misma obra.


Viento madera: 1 flautín, 2 flautas, 2 oboes, 1 corno inglés, 2 clarinetes y 2 fagots. Ocasionales 1 clarinete bajo o 1 contrafagot y saxofones
Viento metal: de 2 a 5 trompetas, de 2 a 6 trompas, 2 o 3 trombones tenores y 1 o 2 bajos. Ocasionalmente, 1 tuba.
Percusión: Timbales, caja, vibráfonos, xilófonos, baterías...
Cuerdas: 40 violines, de 8 a 12 violas o más, de 8 a 12 chelos o más y de 5 a 8 contrabajos o más. Ocasionalmente también se incluyen arpa y piano.
El inicio de una obra sinfónica comienza por la afinación. El orden tradicional es el siguiente:
·El oboe comienza emitiendo un La.
·El concertino, o primer violín afinará su segunda cuerda.
·A partir de este La, el resto de cuerdas afinarán la cuerda que corresponda a esta nota.
·Una vez finalicen, el oboe dará el La para viento-madera, viento-metal y finalmente-percusión.
·Finalmente, las cuerdas afinan el resto de cuerdas restantes.

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