La
música es el entendimiento universal,
a un nivel que ninguna población ha conseguido extender nunca. La
música siempre guarda una cierta magia. Aquella que lleva a su
compositor a idear una forma de traducir sus inquietudes (emoción o
simplemente abstracción) en forma de frecuencias a las que llamamos
notas y de escoger el instrumento interlocutor necesario para ello, y
aquella que usa el receptor para modelarla en función a aquello que
necesite física y psíquicamente.
Es
por ello que nunca las palabras serán capaces de establecer de una
forma tan simbiótica una relación entre dos seres humanos. Ni
siquiera este texto.
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