viernes, 13 de mayo de 2016

Segundo idioma en educación infantil, bilingüismo y diglosia

Los niños son como esponjas, tienen su mayor capacidad de aprendizaje desde una edad temprana. Al introducir una segunda lengua en los primeros años de la vida de un niño se le ayuda a que posteriormente tenga una mayor facilidad a la hora de aprender otras lenguas. Cuando aprendemos una lengua como un adulto, traducimos de la lengua materna al nuevo lenguaje, en cambio al aprender desde niños se absorbe el lenguaje y las frases de la misma manera como lo hacemos en nuestra lengua materna. Es adquisición del lenguaje, no traducción. Si adquirimos una segunda lengua de niño es más probable pronunciar las palabras y hablar el idioma como si fuéramos un hablante nativo.


El bilingüismo es la situación de equilibrio que puede haber entre dos lenguas dentro de un mismo territorio. Ambas comparten oficialidad en el estado, prestigio y uso.

Se puede diferenciar entre bilingüismo individual, es decir, el que se da en el propio individuo (Ejemplo: Manejar inglés y francés indistintamente) o bilingüismo social, que es el que se da en un grupo social (Ejemplo: Suiza).

La diglosia es aquella situación en la que a pesar de haber una cooficialidad de dos lenguas, una de ellas es considerada de más prestigio, frente a la otra que queda relegada a un ámbito más familiar. Cuando esta situación se da con más lenguas se lo denomina poliglosia o multiglosia.

En las últimas décadas, la creciente pérdida de varios idiomas en su expresión oral o escrita que en su momento fueron mayoritarios (En muchas ocasiones desplazados por la lengua de los colonizadores, como por ejemplo las lenguas amerindias desplazadas por el español) ha motiado la aparición de un movimiento llamado Language Revival, traducido al español como Revitalización de la Lengua.

Con esto, se trata de conseguir que lenguas que han perdido su prestigio y por tanto su uso habitual, vuelvan a situarse como de interés en su estudio.

Un ejemplo claro es el del Maorí. Con la llegada de los colonos ingleses, buscadores de oro, misioneros y comerciantes, sufrió una drástica reducción de su uso. Alrededor de 1930, había ciertos parlamentarios maoríes que tenían serios problemas ya que los documentos de ley estaban redactados en inglés exclusivamente.

A lo largo de los años, el número de hablantes de maorí disminuyó hasta el punto de que había menos de un 20% de la población nativa que hablase el idioma lo suficientemente bien como para considerarlos hablantes nativos.

En respuesta, los líderes maoríes comenzaron a elaborar programas de recuperación de su idioma, tomando forma en la Semana del lenguaje Maorí (Una iniciativa respaldada por el gobierno y que promueve el uso de esta lengua) celebrada desde 1975 y lo más interesante, un programa que se extiende desde preescolar hasta la secundaria en el que el único idioma vehicular es el maorí.


Por etapas, podemos diferenciar a grandes rasgos entre:


Kohanga Reo: Preescolar 
Kura Tuhatahi: Primaria 
Wharekura: Secundaria



Llama la atención el hecho de que un idioma sin expresión escrita propia (El maorí se escribe utilizando el alfabeto latino, la transmisión siempre fue oral) alcance tal grado de protección, mientras que el gallego esté en la sociedad española tan relegado.

En los últimos años se han dado intentos fructíferos de tratar de recuperar la posición del gallego en las grandes urbes especialmente, donde muchas escuelas de educación infantil han decidido impartir casi al completo su educación en gallego.

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