Se caracterizan por su mayor
gravedad respecto a las femeninas son muy expresivas.
Contratenores: Es la voz más
aguda de las masculinas, esta casi extinta, y al oírla tenemos la
impresión de que el artista canta en falsete. El contratenor (cuyo
timbre de voz recuerda a los antiguos castrati), parece ser un
cantante masculino, en el que pese ha haber pasado la pubertad la voz
no ha evolucionado, de forma natural su registro de soprano infantil.
Tenores: es la voz masculina más utilizada en las óperas clásicas. Hay tres tipos diferentes de tenores:
Lírico: es de registro cálido y
suave, posee una gran agilidad y suele caracterizarse por un timbre
seductor, brillante y flexible. Es protagonista en la ópera don Juan
de Mozart en el papel de Don Octavio.
Dramático: es ligeramente más
grave que el tenor lírico . Presenta una voz enérgica, de timbre de
voz potente. Aparece en la ópera Aída de Verdi en el papel Radamés
y también es protagonista de casi todos los héroes de las óperas
Wagner.
Barítonos: es la voz intermedia
entre tenor y bajo. Posee una agilidad media y un timbre viril,
lleno, opaco, empastado. Aparece como protagonista en la ópera don
Juan de Mozart como Don Juan.
Bajo: es la voz más grave y
consistente y la menos ágil, se divide en dos tipos:
Lírico: también llamado bajo
cantante. Posee una flexibilidad y le hace fácilmente confundible
con el barítono. Su timbre es muy lleno y . Aparece como Felipe II
en la ópera Don Carlos de Verdi.
Dramático:
denominado bajo profundo, se caracteriza por un sonido grave y digno,
con un timbre potente y robusto. Aparece en el papel de Sarastro en
la ópera de la Flauta Mágica de Mozart.
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